Hotel Can Serola Sales de Llierca, Sales de Llierca

Nuestro tiempo en Can Serola fue absolutamente maravilloso. La ubicación en medio de un entorno natural impresionante y las vistas de las montañas nos dejaron sin aliento. Las habitaciones estaban decoradas con un gusto excepcional, cada una con un tema único que les daba carácter. La atención de Gilbert hizo que nuestra estancia fuera aún más especial, haciendo sentir que cada detalle importaba. Sin embargo, desearía que los cojines fueran un poco más firmes para mayor comodidad. En general, una experiencia que definitivamente queremos repetir.

Can Serola es un lugar mágico, escondido en las colinas, donde cada rincón refleja amor y atención al detalle. La experiencia ha sido increíble, con un ambiente íntimo y una atención al cliente excepcional que nos hizo sentir como en casa. La calidad de la comida es impresionante y muy bien presentada, aunque no se debe olvidar que la tranquilidad del lugar se siente un poco aislada de la vida cotidiana. En general, un sitio perfecto para desconectar y disfrutar de la naturaleza.

Can Serola es un lugar mágico en las colinas de los Pirineos, una excelente opción para quienes buscan descanso y tranquilidad. Las habitaciones son únicas y decoradas con gran atención al detalle, y la comida preparada por Gilbert es sencillamente espectacular. Sin embargo, la rigidez en las opciones de cena y la necesidad de hacer arreglos previos pueden ser un inconveniente para aquellos que buscan más flexibilidad. Además, el acceso a la cena se limita a días específicos, lo que puede resultar frustrante.

El Hotel Can Serola es un lugar encantador donde la atención a los detalles y el entorno natural crean una experiencia única. Disfruté enormemente de la comida, que fue excepcional y presentada con cuidado. Sin embargo, el servicio dejó algo que desear, ya que en algún momento me sentí incomodado por la manera en que se manejaron ciertas situaciones. En general, es un lugar ideal para escapar y reconectar con la naturaleza.

Mi estancia en el hotel fue una mezcla de momentos maravillosos y otros menos gratos. Las habitaciones están exquisitamente decoradas y ofrecen una experiencia única, pero la falta de aire acondicionado hizo que las noches fueran un poco incómodas. La situación del hotel es impresionante, rodeada de naturaleza, aunque bastante aislada. La cena, aunque bien presentada, no cumplió con mis expectativas por su precio y calidad.